Portugalete a Castro Urdiales

La etapa de Portugalete a Castro Urdiales es un emocionante tramo del Camino del Norte, que conecta el País Vasco con Cantabria. Con una distancia de aproximadamente 28 kilómetros, esta etapa combina tramos costeros espectaculares con paisajes rurales, ofreciendo a los peregrinos una experiencia diversa y gratificante. El recorrido es de dificultad media, con algunos ascensos y descensos moderados, pero las vistas al mar y el encanto de los pueblos por los que pasa hacen que valga la pena el esfuerzo.

Recorrido y Dificultad

El punto de partida de esta etapa es Portugalete, una localidad situada junto a la ría de Bilbao, famosa por su Puente Colgante, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde aquí, los peregrinos se dirigen hacia la costa cantábrica, atravesando áreas urbanas y rurales mientras avanzan hacia el destino final: Castro Urdiales, una encantadora villa costera cántabra con un importante patrimonio histórico y cultural.

El camino alterna entre senderos junto a la costa, carreteras rurales y pequeños pueblos. Los tramos más desafiantes se encuentran en las colinas que separan el País Vasco de Cantabria, donde el terreno puede ser algo accidentado, pero las vistas panorámicas del mar y las montañas lo compensan con creces. Es una etapa que requiere preparación física, pero está bien señalizada y es accesible para la mayoría de los peregrinos.

Puntos de Interés

  • Portugalete: La ciudad de partida cuenta con el icónico Puente Colgante, una impresionante estructura metálica que cruza la ría de Bilbao. También es un buen lugar para disfrutar de la gastronomía vasca antes de comenzar la caminata.
  • Pobeña: Un pequeño pueblo costero con playas vírgenes y espectaculares vistas al mar Cantábrico. Es un excelente lugar para detenerse y descansar.
  • Castro Urdiales: El destino final de esta etapa es una villa marinera con un hermoso puerto, un castillo medieval y la impresionante iglesia gótica de Santa María de la Asunción. Su casco histórico es perfecto para explorar tras la caminata.

Consejos para Peregrinos

La etapa de Portugalete a Castro Urdiales es de dificultad media debido a su longitud y algunos tramos empinados. Se recomienda comenzar la jornada temprano, especialmente en los meses de verano, para evitar caminar durante las horas más calurosas del día. Lleva suficiente agua y algo de comida, ya que, aunque hay pueblos a lo largo del camino, algunos tramos son más solitarios.

El terreno es variado, alternando entre carreteras asfaltadas y senderos naturales, por lo que es importante llevar calzado cómodo y adecuado. También es recomendable llevar una chaqueta ligera impermeable, ya que la proximidad al mar puede traer cambios repentinos en el clima, especialmente en primavera y otoño.

¿Dónde Dormir y Comer?

En Portugalete, antes de comenzar la etapa, hay varias opciones de alojamiento y restaurantes donde se puede disfrutar de la cocina tradicional vasca. La ciudad también ofrece la oportunidad de explorar su patrimonio antes de partir hacia Castro Urdiales.

En Castro Urdiales, el destino final, los peregrinos encontrarán una amplia oferta de alojamientos, desde albergues hasta hoteles. Además, la ciudad cuenta con una rica tradición gastronómica, especialmente centrada en pescados y mariscos frescos, que se pueden degustar en los restaurantes del puerto.

Final de la Etapa: Llegada a Castro Urdiales

La llegada a Castro Urdiales es uno de los momentos más gratificantes de la etapa de Portugalete a Castro Urdiales. Esta villa marinera ofrece un ambiente acogedor y está llena de historia y belleza natural. Tras la caminata, puedes relajarte en sus playas, pasear por el puerto o explorar el casco histórico y la iglesia de Santa María de la Asunción, uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica en la región.

En resumen, la etapa de Portugalete a Castro Urdiales combina historia, naturaleza y cultura, ofreciendo una experiencia inolvidable en el Camino del Norte. Aunque es un tramo desafiante, las recompensas visuales y el ambiente único de los pueblos costeros hacen de esta una de las etapas más disfrutables del Camino.