La segunda etapa del Camino Inglés de Santiago te lleva desde Neda hasta la encantadora villa de Pontedeume, cubriendo aproximadamente 16 kilómetros a través de paisajes que capturan la esencia de Galicia. Esta etapa es conocida por su combinación de ríos, valles verdes y colinas suaves que guían a los peregrinos hacia una de las localidades más pintorescas del recorrido.
Caminando entre la Naturaleza Gallega: De Neda a Pontedeume
Desde Neda, el Camino continúa bordeando el río Belelle, ofreciendo a los peregrinos un entorno sereno y relajante. Este río es un testigo mudo de la historia, habiendo sido parte integral del desarrollo de las comunidades locales. A medida que el camino avanza, los paisajes se transforman en colinas onduladas que ofrecen vistas panorámicas de la región. La naturaleza se muestra en todo su esplendor, con bosques frondosos y praderas verdes que invitan a los caminantes a sumergirse en la tranquilidad del entorno.
La llegada a Pontedeume es un verdadero deleite para los sentidos. Este pueblo, situado a orillas del río Eume, es famoso por su puente medieval, construido en el siglo XIV, que conecta las dos orillas del río y es uno de los iconos más reconocibles de la localidad. Pontedeume también es conocido por su castillo de los Andrade, una fortaleza que domina la ciudad y ofrece una visión del pasado feudal de la región. La mezcla de historia y naturaleza en esta etapa es verdaderamente fascinante.
Puntos de Interés en Pontedeume
Pontedeume es un lugar lleno de historia y cultura. Además del puente medieval y el castillo de los Andrade, vale la pena visitar la iglesia de Santiago, una construcción gótica que data del siglo XIV. Los peregrinos también pueden disfrutar de la gastronomía local, con especialidades como el pulpo a la gallega y la tarta de Santiago, en alguno de los numerosos restaurantes y bares de la villa.
Consejos para la Etapa
Esta etapa tiene un desnivel moderado, especialmente en las colinas que se encuentran antes de llegar a Pontedeume. Es recomendable llevar calzado adecuado para las subidas y bajadas, así como protección solar y un chubasquero ligero, ya que el clima puede cambiar rápidamente. La ruta es accesible y está bien señalizada, lo que facilita la navegación incluso para aquellos que hacen el Camino por primera vez.
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